Trabajando en torno a la pureza, Aurélien Guichard se centra aquí en el azahar tunecino, con su dulce aroma regresivo. El neroli y el ylang-ylang en el corazón aportan a la fragancia, de apariencia clásica, un lado fresco y cristalino. La presencia de bergamota en la cabeza sublima el perfume completando su faceta chispeante. Finalmente, el almizcle en las notas de fondo fija y suaviza la fragancia.
100ml